A todos nos gusta de vez en cuando ir a un bar a cenar con amigos, y los PKU no somos menos.
Sin embargo, cuando tienes PKU y vas a un restaurante que no sueles frecuentar, pueden surgir ciertas inquietudes como, ¿tendrán algún plato que yo pueda comer? ¿Entenderán que mi dieta es por enfermedad y no por capricho?
Como en estas situaciones puede haber distintos puntos de vista, según la persona que lo padezca, yo voy a contar el mío.
Lo primero que hago cuando voy a un local por primera vez, es, mirar la carta y ver los ingredientes que lleva cada uno de los platos, ya que, es muy difícil que, de primeras, haya alguno que pueda comer sin modificar.
Si por ejemplo, tienen una ensalada con algún ingrediente que no podemos, la pido sin ese ingrediente, y de normal no ponen ningún tipo de problema en servirla así.
Otro ejemplo sería, que tengan bocadillos, y entre sus ingredientes haya cebolla, pimientos, patatas y/u otras verduras, pues me pido un plato de esas verduras.
En los peores casos, donde los platos ya están preparados previamente, me pido mi “recurso de emergencia” el cual es, PATATAS FRITAS. En todos los bares tienen patatas fritas, por lo que no suelen negarse a servir este plato.
También nos podemos encontrar con algún establecimiento en el cual, al principio nos pongan alguna pega, pero en ese caso, explico muy brevemente que es por enfermedad y que no puedo comer cierta cantidad de proteínas, entonces ahí ya no me ponen pegas.
A mis 31 años, solamente he tenido problemas en un establecimiento, en el cual me dijeron que no podían hacerme las verduras y las patatas por separado, porque estaban justas para poder completar los platos de la carta. En este caso, lo que hicimos fue, levantarnos toda la mesa e irnos a otro sitio donde sí me sirvieron verduras.
El ser PKU no tiene que ser un impedimento frente a nuestra vida social. Eso sí, tenemos que tener claro que, nos pueden poner algún problema. Pero con firmeza, seguridad y educación, podemos conseguir que esos problemas desaparezcan.